O GRADOS: NI FRIO NI CALOR

El último movimiento dejó mi ficha fuera del tablero,mientras que mis dedos temblorosamente intentaban explicarle  a mi corazón el porqué habia sacrificado a mi propia reina.Lenta jugada meditada en el reposo que el alma me concede, reposo que esta vez no tuvo el premio deseado.


Aún recuerdo el dia que me compré ese tablero con sus piezas tan peculiares.Un simple juego que encierra los valores de la vida, un simple entretenimiento que es un desafio para mi mente.16 oportunidades de manejar mi vida dentro del tapiz que el destino coloreó del color de la noche y de la luna llena.Sensibilidad disfrazada de estrategia en la que los peones ,como siempre, son los primeros en caer.Sentimientos sacrificados por otros, muertes que ocultan lágrimas llenas de locura, de desenfreno, de sosiego...


Dejé caer la ficha sobre el frio suelo y esta rodó hasta que la pared se interpuso entre ella y yo.Fiel reflejo de la vida en la que todo tiene su principio y su fin.Levanté mi cabeza y alzando mi mirada me fijé en mi oponente,pero ...
si eres tú, eres  quien conoce mis movimientos antes de pensarlos, quien le susurra a mi mente sus ideas,quien ...


Si eres tú, duro rival.Tal vez imposible de vencer, pero no por ello dejaré de intentar ganarte día a día.


Me levanté de la silla y recogí la ficha sin mirar atras, dejando a mi oponente sentado en su trono donde saboreaba su victoria.Abandoné la habitación cerrando la puerta lentamente para que  no notara la furía que mi ser albergaba.Tras bajar dos pisos me dispuse a formar parte de los transeuntes que paseaban en la fria tarde de invierno.Recorrí la avenida hasta llegar al puente que separa la ciudad en dos,me distraje un momento con el pasear de los barcos por el gran canal.Recordé que mi movimiento estaba premeditado, estudiado y que nada lo haría cambiar.


Cruzaré a la otra orilla  sin pensar que dejé atras,que parte de mí murió en aquel movimiento.Recordaré
el color de tu mirada y el olor de tu sonrisa,me invadirá la nostalgia,tu ausencia,pero..
nada me hará dejar se soñar con la brisa que susurra al oido mis poemas en el olvido.